Daniel, un joven comprometido con su fe, asistía regularmente a un seminario, donde se formaba espiritualmente. A pesar de su apretada agenda, todos los días se apresuraba a ir a buscar a su amigo Mauricio para ir juntos al liceo. Su compromiso con su amigo era tan fuerte que incluso se perdía del refrigerio para no retrasarse en su encuentro diario.
La dedicación de Daniel no pasó desapercibida para su maestro, quien un día decidió preguntarle por qué sacrificaba su tiempo de descanso para ir en busca de su amigo. Daniel, con sinceridad, le explicó que era un sentimiento profundo de conexión y amistad lo que lo impulsaba a actuar de esa manera.
A medida que seminario llegaba a su fin, faltando tan solo dos meses para la graduación, Daniel sorprendió a todos al llegar a clase acompañado de Mauricio. Continuó asistiendo regularmente hasta el último día, demostrando su lealtad y compromiso con su amigo y con sus creencias.
Tras finalizar seminario, Daniel tomó una decisión que cambiaría su vida para siempre: se bautizó como muestra de su profunda fe y compromiso. Una semana después, llevó a Mauricio consigo al PFJ (Para la fortaleza de la juventud), donde juntos continuaron su crecimiento espiritual y su amistad se fortaleció aún más.
En febrero, Mauricio tuvo el honor de bautizar a su madre, quien también había decidido unirse a la Iglesia. Mientras tanto, su padre estaba recibiendo las lecciones y tiene el interés de seguir los pasos de su hijo.
Su abuelo, quien llevaba más de 10 años inactivo. Para asombro de todos, decidió volver hace tan solo tres semanas, inspirado por el ejemplo y la dedicación de su nieto.
Así, a través del amor, la amistad y la fe inquebrantable, Daniel y Mauricio junto a su familia encontraron un camino de transformación y renovación espiritual que los unió aún más como familia y como creyentes en Cristo.
Historia de: Mauricio Mieres y Daniel Moreira
Estaca: Treinta y Tres Uruguay – Barrio: Yerbal
Enviado por: Mario Cerruti