Tres jóvenes que ahora sirven como misioneros de tiempo completo en Argentina, Bolivia y Brasil, fueron compañeros en el Seminario de la Estaca Montevideo Maroñas.
Aunque llegaban a la clase cansados después de su jornada de estudios, disfrutaban de ese tiempo de aprendizaje de las escrituras. A pesar de que en algunos casos no tenían la situación familiar ideal o que enfrentaban desafíos emocionales, en el salón de clases reinaba un buen ambiente de amor y respeto que invitaba al Espíritu. Así, gracias a Seminario y al estudio de las escrituras, aprendieron a conocer a Jesucristo y a confiar en sus enseñanzas. Estos jóvenes se volvieron buenos amigos. Juntos se ayudaron y, con el apoyo de sus líderes y familiares, se prepararon para servir una misión de tiempo completo.
Ellos son un gran ejemplo de que Seminario e Instituto son programas que ayudan a los jóvenes a confiar en el Padre Celestial y su Hijo para superar los desafíos y tener una vida llena de bendiciones.
Autor: Daniel Soria