En la pasada Conferencia General el Élder Dallin H. Oaks dijo: “Seguir a Cristo no es una práctica casual ni ocasional, sino una dedicación continua y una manera de vivir que debe guiarnos en todo tiempo y en todo lugar”. Instituto funciona de esa forma para mi.  

Siempre supe que debía ir a Instituto, pero la idea no me entusiasmaba. Los primeros cursos los hice de forma desganada, sin embargo, el aprender cosas nuevas me hizo ampliar mi visión espiritual y se convirtió en el día más esperado de la semana. 

Al irme de mi ciudad natal y dejar a mi familia para realizar mis estudios en Valparaíso, me sentía aterrada y dudé de mi capacidad de hacer todo por mi cuenta. Pero una vez más el Señor me demostró lo equivocada que estaba. Comencé a asistir a Instituto semanalmente y eso fortaleció mi fe en Jesucristo. Sentí el amor de mi Salvador en todo momento y supe que Él estaba allí conmigo cuidándome, amándome, y demostrando ese amor por medio de otras personas.