Luana Etchecopar es una buena joven, originaria de Paysandú, y que ahora pertenece a la estaca uruguaya de Montevideo Este (Barrio Carrasco). Aunque por diversas razones estuvo algo alejada de las rutinas de la Iglesia, en este último tiempo ha hecho un progreso fantástico.

Trasladándose desde el interior del país, y gracias a la ayuda del Coordinador de Instituto Mario Ríos, la hermana María Ana Camino, asignada al Instituto en Montevideo, la contactó y la invitó a asistir a las clases. En paralelo, lo mismo hizo su nuevo obispo para animarla a participar de las reuniones dominicales.

Comenzó a asistir tímidamente, pero paulatinamente fue demostrando su deseo creciente de aprender y de servir. En el último semestre fue presidenta de clase en el curso “El don divino del perdón”, cumpliendo su rol de modo excelente. 

Luego fue llamada como líder JAS de estaca hace poco, y, gracias a su labor y a su deseo de salir a una misión, se generó en Instituto el dictado del curso “Preparación para el templo”. Tiempo después ella entraría a la Casa del Señor para recibir sus investiduras acompañada de un grupo de jóvenes amigos y de su maestra, aquel fue un día de alegría y emoción. 

Luana despertó su deseo de transitar la senda de los convenios, y en cada paso de fe, atesoró lo aprendido en los cursos de Instituto. Su ejemplo permite a más jóvenes sentir el deseo de caminar por la huella que Luana va dejando.