Damián es un joven de 22 años, es del barrio Universitario, Estaca Concepción. Es el único miembro de la iglesia, fue contactado por las misioneras cuando comenzaron a visitar a su abuelo, quién es miembro de la iglesia. Es el menor de tres hermanas. El comenzó a ir a la iglesia los domingos, asistió al devocional con Elder Godoy, a la fiesta de apertura de Instituto, al devocional de apertura el domingo 19 de marzo y cuando comenzaron las clases a fines de marzo el tomo una clase cada día: el martes, “Jesucristo y Su evangelio Sempiterno”, miércoles “Mujeres de las escrituras” (por las misioneras y sus hermanas), y los jueves, “Enseñanzas y doctrina del Libro de Mormón”. Todo esto mientras seguía escuchando las lecciones de las misioneras. Los mismos jóvenes lo animaron a participar del PFJAS. Se ha sentido feliz de recibir el cariño de los miembros y de los jóvenes.

“¡Esta experiencia ha sido maravillosa!, me han enseñado como puedo tener siempre presente El Espíritu. El constante encuentro afuera como dentro de la iglesia con hermanas y hermanos, las misioneras y los jóvenes, la lectura del Libro de Mormón, curso que sigo los días jueves y las otras clases del instituto y los devocionales, me han servido para ir poco a poco cambiando mi vida. Ha sido de gran ayuda el entender que debo tener fe en Jesucristo, para tener el cambio que quiero en mí.

Al conocer buenos amigos, qué con seguridad afirman de su fe en Dios, renovaron mi purificación espiritual, un deseo de aprender más de la iglesia de Jesucristo, sus profetas y seguir esta senda como mis amigos. El instituto es un lugar que me ayuda a vencer lo negativo de mi persona. Después de las clases, El Espíritu me trae mucha paz y calma. Es la doctrina de Cristo que me hace aclarar mis dudas, arrepentirme de equivocaciones que ahora entiendo y sé que puedo mejorar. Siento en que podre guardar mis convenios con Jesucristo y con la fe por delante quiero seguir avanzando en mi vida”.