S&I Sudamérica Sur

Una hermosa experiencia ocurrida en una de las clases fue el bautismo de una jovencita, a quien se había invitado a participar de Seminario este año.

Yoselí Noé

Yoselí Noé, de Barrio La Cumbre, Estaca La Plata, escribió:

“Crecí dentro de la Iglesia y siempre tuve la meta de compartir el Evangelio con otras personas y hace unas semanas tuve la oportunidad de hacerlo con mi mejor amiga. Nos conocemos hace muchos años y ella siempre supo que yo era miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. La invitaba a bailes, actividades, al jardín del templo y a las clases de Seminario para que pudiera conocer un poco más el Evangelio y podía notar cómo ella se sentía cómoda. Siempre tuve la esperanza de que ella, algún día, iba a entender lo que es el evangelio y todo lo que transmite. Con curiosidad ella y su madre empezaron a mostrar interés por la Iglesia y les ofrecí  tener las charlas con los misioneros para que pudieran sacarse dudas.

Sé que el Evangelio y el Libro de Mormón cambian a las personas, tengo un fuerte testimonio de eso.

Fue una experiencia hermosa y estoy más que agradecida de tener el Evangelio en mi vida y poder compartirlo con otras personas.

Quiero compartir mi testimonio de que sé que ésta es la iglesia verdadera, que Jesucristo vive y que tiene preparada la vía de las personas. No pierdan las esperanzas, inviten a los demás a conocer el Evangelio, sean un ejemplo y verán el cambio en sus vidas”.

Su amiga, Magali Barrios, escribió:

Magalí Barrios

“Al ser una persona tímida me cuesta integrarme a lugares nuevos, pero desde el momento en que mi mejor amiga me empezó a contar cómo era su religión y me invitó a participar en diferentes actividades me sentí bien, a gusto, cómoda. Ella y su familia me integraron sin presionarme a participar de la iglesia y contestaron a las dudas que me iban surgiendo.

Pensar en que iba a terminar bautizándome, era más bien un sueño, hasta que por una curiosidad se nos presentó a mi madre y mí, la oportunidad de tener las charla con los misioneros y aceptamos. La verdad es que fue una experiencia increíble, nos trataron super bien, nos explicaron de la mejor manera y nos acompañaron en este proceso, al igual que mi mejor amiga y su familia. Todos ellos volvieron más importante la experiencia incluyendo a mi madre por supuesto.

Esto es un camino del día a día en el cual aprendes, te ayudan a crecer, te ofrece esperanza, sueños y a alguien en quien confiar… porque sabes que te está cuidando. Esta oportunidad de tener el Evangelio llegó en el momento adecuado.

Tuve un testimonio cuando me estaba bautizando y quiero testificar con toda fe de que ésta es la Iglesia verdadera, que hay un Espíritu Santo, un Padre y Jesucristo.

Te invito a que si tenés la oportunidad de conocer la Iglesia, lo hagas. Es una experiencia demasiado hermosa, vas a encontrar paz en tu vida y un sentido. Al menos conmigo, esas son algunas de las cosas que me hizo sentir”.

Historia enviada por Sergio Krasnoselsky.