En el Libro de Mormón, el profeta Helamán enseñó a sus hijos: “Es sobre la roca de nuestro Redentor, el cual es Cristo, el Hijo de Dios, donde debéis establecer vuestro fundamento” (Helamán 5:12). Establecer un fundamento sobre Jesucristo —lo cual abarca llegar a entender, creer y vivir de acuerdo con Su doctrina— aumentará nuestra conversión y nuestro compromiso como Sus discípulos, nos protegerá contra las influencias del adversario, y nos ayudará a bendecir la vida de otras personas.
Una de las maneras de lograrlo es mediante el estudio de las Escrituras en orden secuencial y juntos, en clase. Otra forma en que establecemos nuestro fundamento sobre Jesucristo y Su doctrina es mediante una labor que denominamos Dominio de la doctrina.
El Dominio de la doctrina se centra en dos fines:
- Aprender y poner en práctica principios divinos para adquirir conocimiento espiritual
- Conocer a fondo la doctrina del evangelio de Jesucristo y los pasajes de las Escrituras en los que se enseña tal doctrina