S&I Sudamérica Sur

Proyecto de Instituto: “La Familia Eterna”

Como pareja, decidimos inscribirnos a este curso pues para Marcelo era el último crédito que le faltaba para graduarse de Instituto. Nosotros oramos y sentimos que debíamos hacerlo siendo novios.

Tener la oportunidad de estar una hora por semana juntos aprendiendo sobre el Plan de Dios, la familia eterna y nuestro propósito sobre la Tierra, nos ayudó a mantenernos enfocados en nuestra meta de casarnos tanto por el civil como en el Santo Templo este año.

Fue una experiencia maravillosa estar en esta clase, pues el compartir experiencias espirituales nos ayudó a alimentar el amor que sentimos el uno por el otro.

Al inicio del curso, cuando hablamos en canto a las responsabilidades de los padres y sobre cómo establecer un hogar lleno de amor y del evangelio de Cristo, reflexionamos en cómo queríamos que fuese nuestra futura familia y en qué pilares íbamos a fundar y criar a nuestros hijos. Fue una de las conversaciones más significativas que nos inspiró y unió.

Recordamos con cariño una clase en especial dónde hablamos sobre los obstáculos y las pruebas que podemos afrontar en el momento en que decidimos unir nuestra vida a la de alguien más, y cómo luego de casados nuevas pruebas aparecen. El video del Pte. Hinckley, en el que cuenta su propia experiencia al casarse con su amada esposa, y la célebre frase que ella dijo: “ahora tengo 300 dólares y un esposo”, nos sirvió como ejemplo de que es posible el cumplir metas si nuestras intenciones son buenas y acordes a la voluntad del Señor.

Otra clase que nos quedó grabada “como con fuego”, fue en la que hablamos sobre las declaraciones de amor, puesto que cuando éstas suceden, debemos atesorarlas con cariño y respeto en nuestro corazón. Una meta en nuestra relación es exactamente esa: declararnos siempre el uno al otro para aumentar el amor mutuo y tener oportunidades de acercarnos más como pareja a con nuestro Padre Celestial. El recordar por qué nos enamoramos, sobre todo en los momentos donde las cosas se ponen difíciles, nos ayuda a tener una relación sólida y fuerte.

Ya en el tramo final de nuestras clases, nos comprometimos. Sin dudas, fue el fin de semana más especial de nuestras vidas hasta el momento. Pudimos comprender un poquito más la frase de élder Pratt que leímos en clase: “Yo había amado antes, pero no sabía el porqué; más ahora amaba con una pureza, una intensidad de sentimiento elevado y exaltado”. Nuestra meta es entender esto cabalmente al sellarnos por tiempo y eternidad.

“La Expiación permite que las familias se sellen por la eternidad; permite que las familias tengan crecimiento eterno y logren la perfección. El plan de felicidad, llamado también el Plan de salvación, fue un plan creado para las familias”. Esta frase de la hermana Julie B. Beck, nos hace sentir animados por lo que vendrá. Sabemos que no somos perfectos y que tendremos muchas dificultades, pero el Señor nos irá moldeando hasta que juntos logremos llegar al final del maravilloso camino de los convenios, y entrar en Su Gloria como una familia eterna.

Testificamos que por medio de la expiación de Jesucristo podemos superar cualquier diferencia, problema, dificultad o malos entendidos. Gracias al ejemplo de caridad que nos ha demostrado nuestro Salvador, hemos aprendido a entendernos y colocarnos en el lugar del otro, siendo humildes y amorosos, aumentando así nuestro amor y compasión. Tal como dijo el Pte. Uchtdorf, sabemos con todo nuestro corazón que lo que se necesita para un matrimonio sano y feliz es tener caridad, paciencia y diligencia. En las cosas pequeñas y sencillas, podemos crear fuertes fundamentos para nuestro futuro hogar eterno. Sabemos que si recordamos siempre nuestro propósito en la Tierra, nuestro potencial y naturaleza divinos, el esforzarnos para llegar a la perfección juntos será una tarea placentera.

Amamos Su Plan, nos maravilla pensar en cuánto nuestro Padre Celestial nos ama. Hemos sido bendecidos en nuestra relación aún a la distancia, y vemos cómo a través de cursos inspirados como este, el amor se fortalece a través del Espíritu. Estamos seguros de que hemos tomado la mejor decisión de nuestras vidas al decir “Si” a una vida y eternidad juntos. Será un hermoso camino lleno de pruebas y desafíos que nos irán purificando, enseñando y haciendo progresar a través de la autosuficiencia que logremos tener en cada ámbito de nuestra vida. Sabemos cómo queremos que sea nuestro hogar, cuáles serán las enseñanzas que dejaremos a nuestros hijos y cómo nos trataremos. Todo lo podemos resumir en una simple y poderosa palabra: Jesucristo.

En Su nombre, Amén.

Autores: Arianne Chilan & Marcelo dos Santos.
Instituto Montevideo Uruguay
Editor: Daniel Soria

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