Desde que asisto a Instituto pude comprender muchas cosas que antes no entendía y encontré fortaleza para ser paciente mientras consigo ciertas respuestas.
Cuando tenía 19 años estaba preparándome para servir en una misión. Dado que me sentía muy entusiasmado y tenía un gran deseo de servir, envié los papeles y esperé a que la respuesta llegara.
Cuando llegó el momento, la respuesta fue toda una sorpresa: se me había eximido de servir en una misión por ciertos problemas de salud. Fue un momento desalentador y difícil y no sabía qué hacer o qué decir, pero decidí seguir adelante. Mientras participé de las clases de Instituto tanto virtuales como presenciales, pude sentir que Dios me amaba y que estaba agradecido mi valor y determinación.
A pesar de no entender del todo por qué no pude salir a una misión, decidí confiar en Él.
Fue así como Instituto se volvió una parte de mí. Inicialmente decidí ir a las clases con el objeto de saber y entender lo que el Señor quería decirme, no obstante, conocí también entre mis pares a gente maravillosa junto a maestros compasivos y llenos de amor. Agradezco que instituto también se dé virtualmente para quienes no pueden asistir presencialmente, porque es una forma de conocer nuevas personas y escuchar experiencias que, en mi búsqueda de respuestas, aportaron mucho.
Testifico que Instituto es una guía y una fortaleza para los momentos en los que nos sintamos desalentados. Sé que es inspirado por Dios y que, si no solo asistimos, sino dejamos también que Instituto nos asista, seremos grandemente bendecidos.
Nefi Arpirez, Alumno de Instituto del Barrio Ancasti de la Estaca La Rioja
Un gran joven. Un verdadero ejemplo. Gracias por contarnos tu experiencia.
Un gigante entre los hombres y las montañas de Catamarca, gracias Nefi.